La hernia discal lumbar consiste en un fragmento de disco que se ha extruido, comprimiendo una raíz nerviosa lumbar. La cirugía consiste en la retirada de este fragmento de disco, ya sea por discectomía convencional (habitualmente de forma mínimamente invasiva) o por microdiscectomía.
La discectomía o microdiscectomía esta indicada en pacientes con hernia discal lumbar que además presentan ciática, es decir, la inflamación del nervio que esta comprimido. El dolor normalmente se describe como profundo y agudo y a menudo empeora a medida que baja por la pierna afectada. El brote de dolor con una hernia de disco puede ocurrir de repente o anunciarse con una sensación de desgarro o chasquido en la columna vertebral. Síntomas como entumecimiento, hormigueo y debilidad en los músculos pueden indicar una compresión más grave. Esta cirugía generalmente es considerada después de 6 a 8 semanas después del inicio de los síntomas, si el dolor no es aliviado por el tratamiento conservador (que incluye analgésicos y infiltraciones epidurales). Si el dolor y la discapacidad del paciente son graves, se puede considerar una cirugía antes de este período.
En esta cirugía se quita la parte de la hernia discal que está pinzando el nervio.
Una microdiscectomía se realiza mediante una pequeña incisión (de 3 a 4 cm) en la línea media de la parte inferior de la espalda. Habitualmente se localiza el disco afectado mediante radiografías dentro del quirófano. Los músculos de la espalda (erectores espinales) se separan del arco óseo (lámina) de la columna. Debido a que estos músculos de la espalda corren verticalmente, se pueden desplazar en lugar de tener que cortarlos. Posteriormente se retira el ligamento amarillo y se acceda al canal espinal. Una vez aquí, se emplean lentes quirúrgicos (lupas) o un microscopio quirúrgico para visualizar la raíz del nervio, y así proceder a su descompresión.
En el caso de la discectomía convencional el procedimiento es el mismo con una incisión algunos centímetros más larga, por lo cual no es necesario el uso de lentes o magnificadores de la visión.
Habitualmente los pacientes se levantan al día siguiente de la cirugía e inician la deambulación y la rehabilitación y al segundo día pueden ser dados de alta del hospital siendo autónomos para las actividades de la vida diaria. Se recomienda una faja u ortesis lumbar de confort durante el primer mes. Las grapas o puntos se retiran entre los 10-14 días y el paciente sigue la rehabilitación de forma ambulatoria. El paciente puede volver a realizar una vida normal entre uno y tres meses después de la cirugía.
Las complicaciones son escasas, y suponen alrededor del 4% de las cirugías. La principales consisten en la infección (1%), déficit neurológico radicular (<1%) y pérdida de líquido cefalorraquídeo (2%), todos ellos reversibles con tratamiento adecuado. Adicionalmente, a medio-largo plazo el paciente puede presentar también recurrencia de hernia discal (2-5%), fibrosis peridural o inestabilidad del disco intervertebral.
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