La Cirugía Mínimamente Invasiva de Columna (MISS) consiste en realizar el procedimiento quirúrgico (ya sea descompresión o fijación de la columna) con una incisión menor a cinco centímetros, o a veces incluso de manera percutánea con incisiones de 1 a 2 cm. Esto permite una menor agresión de los tejidos del paciente, con una recuperación más rápida y en ocasiones menos complicaciones.
En cuanto al paciente todos los pacientes pueden ser tratados de manera MISS. Sólo la obesidad importante puede dificultar esta técnica. Su límite viene dado por el tipo de procedimiento a efectuar: cuando la cirugía está limitada a un segmento puede realizarse de forma convencional o MISS, pero cuando la cirugía debe ser efectuada sobre varios segmentos o debe ser extensa la cirugía MISS no tiene cabida. Cabe destacar que en algunos casos se alarga el tiempo quirúrgico.
Existen múltiples técnicas incluidas dentro del concepto mínimamente invasivo. Los procedimientos pueden ser percutáneos (sin abrir la piel, tales como infiltraciones y rizólisis) o para la colocación de cemento dentro del cuerpo vertebral (cifoplastia o vertebroplastia), asistidos por endoscopia (laparoscopia o toracoscopia) o mínimamente abiertos. En cuanto a estos últimos, se puede realizar desde la retirada de un fragmento discal herniado (discectomía), descompresión de un segmento vertebral (cirugía de la estenosis) o la fijación de un segmento vertebral (artrodesis MISS) en sus distintas versiones (XLIF, PLIF, TLIF, ALIF o fusión posterolateral), tanto a nivel de la columna cervical, dorsal o lumbar.
En general el postoperatorio es más rápido que con las técnicas convencionales. El paciente puede incorporarse y deambular en 24 horas y puede ser dado de alta entre 24 y 72 horas después del procedimiento. No se suelen colocar drenajes. Se recomienda una faja u ortesis lumbar de confort durante el primer mes. Las grapas o puntos se retiran entre los 10-14 días y el paciente sigue la rehabilitación de forma ambulatoria. El paciente puede volver a realizar una vida normal entre el mes y los tres meses en función de la patología.
Las complicaciones difieren según la vía de abordaje y de la técnica. En general, para los abordajes posteriores las complicaciones suponen el 4% de las cirugías y consisten en infección (2%), déficit neurológico radicular (2%) y pérdida de líquido cefalorraquídeo (1%), todos ellos reversibles con tratamiento adecuado. Cabe observar que en algunos casos, debido a la escasa visibilidad que ofrece el procedimiento, el riesgo de complicaciones es mayor. También cabe citar que un procedimiento MISS puede tener que convertirse en un procedimiento abierto en caso de necesidad.
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